ahora,
que ya todo es pasado,
volveremos los ojos al cielo,
buscando, el rostro brillante de perseidas,
en este impreciso, turbio tiempo,
en este momento,
que nos pesa en el alma,
y nos inmoviliza.
ahora,
que el inefable perfume
de esas horas felices,
se instala como un lejano recuerdo,
dejemos que la música,
nos devuelva,
la canción,
que ya nadie recuerda.
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