sucede el segundo acto.
una deliciosa melodía suena,
y en blanco y negro,
un suspiro flota.
silencio profundo, onírico,
donde una brisa despistada,
se desvanece,
y el leve beso se consuma.
lentitud de sueño,
susurro de fina arena,
ocaso del sol rojizo,
y sombras inclinadas.
quedémonos.
quedémonos corazón,
en lo que fue, sigue siendo y será.