DESPEDIDA
Se fue.
No sin dejar
huella,
con drama
sin
despedida.
Aún hoy
cierro los ojos,
y un
delicado aroma me acaricia.
Y al fin hoy
lo entiendo.
Este mundo
no era el suyo
ni es el
nuestro:
no es el mío.
Pero allí,
donde nada
perturbe
el sonido de
las olas
ni el sueño
de mis días,
tal vez allí,
el otoño
no será tan
frío.
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